miércoles, 30 de mayo de 2007

En Jesús María hay un club que juega siempre hasta la victoria


Para generar una nueva cultura solidaria, dos cordobeses fundaron una institución en homenaje al guerrillero heroico.

“El hombre del siglo XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada.”
Ernesto “Che” Guevara

En el norte de Córdoba, sobre la ruta 9 y camino a Santiago del Estero, un hombre y una mujer parieron la idea. Fundaron un club y no le pusieron un nombre cualquiera: Ernesto Che Guevara. El, beneficiario de un plan Jefas y Jefes de Hogar, y ella, archivera de la Municipalidad de Jesús María, decidieron hacerlo posible el 14 de diciembre del año pasado. Dos inquietudes convergentes, las de Claudio Ibarra y Mónica Nielsen, permitieron lo que antes no se le había ocurrido a nadie. Ni en Argentina ni en ninguna otra parte del mundo. El estaba cansado de renegar como DT itinerante de equipo en equipo y ella quería generar un proyecto diferente bajo la imagen emblemática del Che. Sin sede social, cancha ni campo de entrenamiento, sumaron más voluntades, se inscribieron en una liga de fútbol y comenzaron a darle vida a un sueño que ahora acompañan por igual estudiantes universitarios, albañiles, empleados de comercio y hasta un policía. Como dirigentes, jugadores o hinchas, todos simpatizan con las ideas del guerrillero heroico. Y a su manera, quieren contribuir a modelar el hombre nuevo del que hablaba Guevara.

En Jesús María ahora existe un tercer club que se sumó a los más antiguos, Alianza y Falucho: el Social, Atlético y Deportivo Ernesto Che Guevara. Los tres compiten en la Liga Colón, donde juegan El Carmen de Monte Cristo, Jockey Club de General Paz y también Bochas y Agraria, dos equipos de Colonia Caroya, entre otros de pueblos vecinos. Precisamente, éste último le presta la cancha al Che. Y la sede, por el momento, es la casa de Nielsen, una mujer de 47 años que estuvo afiliada al partido Socialista Popular de Guillermo Estévez Boero (ver recuadro).

El municipio que gobierna el radical Marcelino Gatica les cede el polideportivo para que los 27 jugadores, entre la Primera y la Reserva, puedan entrenarse tres veces por semana, después de sus trabajos o estudios. Todos en el Che pagan una cuota de 10 pesos mensuales y cubren los gastos del árbitro y un puñado de policías con lo que recaudan en el buffet. La corriente de simpatía que han ido despertando motivó que el comercio de Jesús María les diera una mano. Y hasta consiguieron dos sponsors que conviven sobre la camiseta en discutible armonía con el retrato del Che.

Uno se llama Oxígeno, una empresa agroindustrial, y el otro Dimensión, un estudio de arquitectura que comercializa un producto antihumedad. Sus publicidades se reparten sobre la prenda roja y blanca, al igual que el rostro del Che y la célebre consigna revolucionaria “Hasta la victoria siempre”, que se estampó en la parte de atrás. Nielsen, la presidente del club por un período de dos años, confía en que ellos mismos fabricarán las camisetas y, por cada una que vendan, “se colaborará con un niño y un adolescente” de Jesús María.

En el club, las mujeres ocupan un lugar destacado. La dirigente más importante es asistida por su hija Lucrecia desde la secretaría y María, una compañera de trabajo, administra la tesorería. La CD se completa con un par de futbolistas y muy cerca de todos ellos están los Ibarra: Claudio, el director técnico de la Primera, y su primo Cristian, el DT de la reserva. También sumaron sus voluntades la murga Los Nadie y el Movimiento Campesino de Córdoba.

Por ahora, con apenas cinco meses y medio de vida, el Ernesto Che Guevara participa en la liga zonal con más entusiasmo que buenos resultados. Después de tres derrotas consecutivas, el equipo consiguió su primera victoria contra el Agraria por 1-0, de local en la cancha de su vencido. El objetivo de sus pioneros consiste en añadirle al fútbol otras actividades deportivas para las mujeres y también para los más chicos, ya que en 2008 intentarán armar sus propias divisiones inferiores.

El club se inscribió en la Inspección General de Justicia con un estatuto que levanta como principios “generar una nueva cultura solidaria y participativa en los adolescentes y en los niños”. Y el arraigo que empezó a ganar de a poco en la gente provocó que fuera convocado por el municipio de Jesús María para participar en el desfile del 25 de mayo. Sus jugadores mostraron orgullosos la bandera roja con la imagen del Che, como si marcharan durante una de las tantas movilizaciones políticas de la izquierda, aunque en un contexto bien diferente.

¡Hasta la victoria siempre!


El único club del mundo que lleva el nombre del mítico líder revolucionario juega en la Liga Colón. De todos modos, el fútbol es sólo una parte de un proyecto más ambicioso que podría ser apadrinado por el cantante cubano Silvio Rodríguez.

La idea comenzó a gestarse a mediados del año pasado, en la sede de la Municipalidad de Jesús María. Claudio Ibarra (30), entrenador de fútbol y entonces beneficiario de un plan "Jefes y Jefas de Hogar", le confesó a su compañera del archivo, Mónica Nielsen (47), que ya no tenía incentivos para seguir dirigiendo en un club local. "Bueno, hagamos un club y te ayudo. Eso sí: yo le pongo el nombre", le contestó ella, "guevarista de muchos años". Algunos meses más tarde, el 14 de diciembre de 2006, Claudio, Mónica y otros siete pioneros (dos de ellos, también futbolistas: Diego Arzamendia y Rodrigo Quiroga) fundaron el Club Social, Atlético y Deportivo Ernesto Che Guevara, el primero en el mundo que lleva el nombre del mítico líder revolucionario (1928-1967).

"Somos unos poquitos locos, pero tenemos muchísimos proyectos, y muy ambiciosos", cuenta Mónica, la presidenta de la flamante institución. El mate, las imágenes de un recital de Silvio Rodríguez en la computadora, y la figura omnipresente del Che conforman la escenografía que acompañan la charla en su casa del barrio Italia, que también es la sede social del club.

"Hoy tenemos 27 futbolistas en primera y reserva, que juegan en la Liga Colón, y queremos participar el año que viene con las inferiores. La idea es competir, y ganar si es posible, pero nuestro proyecto tiene un fin social: rescatar a los chicos a través del deporte", agrega Nielsen. Sumado a la ronda de los materos, Luis "Gato" Enríquez, el líder de la murga "Los Nadie" -la que le hace el aguante al equipo los fines de semana- asiente con entusiasmo. Está claro que el Che es mucho más que 11 muchachos corriendo detrás de una pelota.

"Aquí hay clubes con mucha infraestructura, que se hicieron sobre los escombros de otros, pero que en definitiva responden al modelo capitalista. No hay espacios de encuentro y contención para un montón de chicos, y eso es lo que debemos generar. Queremos ser un abridor de cabezas. Hacer una revolución", dice Enríquez.

La murga es un brazo de "El Espejo", un grupo de artistas que hace una década intenta abrir espacios de educación popular y que tuvo su origen en el barrio Güemes ("del otro lado de la ruta", explica Enríquez para describir el carácter marginal y periférico del sector). A medida que se difunde, la movida del "Atlético Che" va sumando adeptos. Sin ir más lejos, el Movimiento Campesino de Córdoba ya se plegó.

"Por ahora, el Che es fútbol. Pero soñamos con un predio de dos hectáreas donde puedan desarrollarse todo tipo de deportes y otras expresiones artísticas, con sentido social. Y todo en forma gratuita; no para una elite", agrega la entusiasta presidenta.

Todo a pulmón. Para solventar la participación del equipo en la Liga Colón, la tesorería del club, a cargo de María Luna, hace malabares. "Aquí es todo a pulmón. Los chicos pagan una cuota de 10 pesos, y tenemos tres patrocinantes. Y con lo que sacamos del bufé, los días de los partidos pagamos el árbitro y la Policía. Y a las camisetas, las ‘tarjeteamos´ nosotros", cuenta Nielsen. Otros gastos, como traslados (ayer viajaron en Trafic a Monte Cristo), salen de algún bolsillo dispuesto, siempre anónimo, de la propia comisión.

Para los entrenamientos (lunes, martes y jueves, por la noche), el municipio de Jesús María le cede las instalaciones del Polideportivo; y los partidos de local son en Agraria de Colonia Caroya. "A cambio, hacemos tareas de mantenimiento. Ya les arreglamos un freezer y un alambrado; es una especie de canje", comenta la titular. El entusiasmo se nota en los dirigentes, y también en los pibes de la primera y la reserva, que los sábados se hacen la barra mutuamente al grito de "¡aguante el Che!".

Claudio, el DT del equipo mayor, dice estar "orgulloso" de sus dirigidos, que llegaron desde Alianza, Agraria o Bochas para sumarse al proyecto. "Es el mejor grupo que dirigí. Hay albañiles y estudiantes universitarios, y todos entrenan y juegan con entusiasmo", destaca. "¿Mi táctica? Estamos jugando con cuatro atrás, cuatro al medio, un enganche y un delantero... en eso vamos un poco en contra de la ideología. Es que somos nuevos", agrega el DT.

Dentro y fuera de la cancha se percibe una mística especial. "El nombre del club no es casual. Implica una forma de ser y de hacer las cosas. El Che era un rebelde, pero un rebelde con causa, y eso es lo que queremos transmitirles a los chicos", apunta Mónica. Ella, junto a sus amigos y un grupo de pibes, sigue soñando en grande: "Mi próximo objetivo es tratar de que Silvio Rodríguez apadrine y apoye al club".

Hugo Caric
Redacción La Voz del Interior
hcaric@lavozdelinterior.com.ar

“Ahora, el Che es muy necesario”

MONICA NIELSEN, UNA DE LAS FUNDADORAS DEL CLUB

Por Gustavo Veiga

Mónica Nielsen cuenta que militó en política a partir de 1983 y que no paró hasta que Guillermo Estévez Boero, el fallecido líder del Socialismo Popular, ingresó en el Congreso en el ’87 como diputado. Después, explica, la vida la llevó a ganarse el sustento todo el día, se separó y ya con una hija pequeña se dedicó a trabajar en su especialidad, los archivos. Pasó por el de La Voz del Interior, el mismo diario que le realizó una extensa nota después de que fundó el club y ahora comparte la misma tarea entre la comuna de Jesús María y, dos veces por semana, una empresa privada.

–¿Cuál es su punto de contacto con el líder revolucionario?

–El Che es la única persona a la que seguiría si estuviera viva. Fui comprobando sus convicciones a través de sus obras y por todo lo que realizó. Murió por sus ideas e hizo coincidir los hechos con las palabras. Casos como el suyo son muy difíciles de encontrar.

–¿Leyó la obra del Che?

–Sí, leí cosas escritas por él. El Che es muy necesario ahora. En el club estamos en una apuesta hacia la educación. Hay que guiar a la juventud porque, como decía él, es la arcilla para modelar el futuro. Fíjese lo que hoy están haciendo con la arcilla. ¿Qué están modelando? A la juventud la están haciendo mierda y estamos construyendo un futuro igual. Hay que darse cuenta de que están ganando las cosas negativas como la droga, el alcohol y los videojuegos...

–¿El hecho de participar en el club como dirigente o deportista sugiere una identificación con el ideario de Guevara?

–Todos los chicos tienen simpatía con las ideas del Che. En el nuestro no pasa como en otros clubes que se llaman San Martín y Belgrano y se olvidaron de lo que representan esos próceres. Acá hay un compromiso con el nombre, son jóvenes que se interesaron por su historia, averiguaron quién fue y, si les hiciera falta, les daremos toda la información necesaria. Yo siempre digo que al Che hay que cuidarlo.

–¿A qué se refiere?

–A que se trató de una buena persona, un hombre normal, común y corriente, pero completo. Ya lo decía Jean Paul Sartre, que lo definió como el hombre más completo del siglo XX. Nuestro equipo lo tiene que cuidar con su actitud en la cancha. Tratamos de ser diferentes, porque ser diferentes equivale a cometer un acto de rebeldía. El pensamiento del Che es muy puro, maravilloso y Argentina necesita que se conozcan más sus ideas.

Un homenaje único en el mundo

En Cuba, la segunda patria del Che, alguna vez se discutió la idea de organizar una Copa que llevara su nombre en la Asociación de Fútbol local. No pasó de ahí la que fue una propuesta destinada a realizar una competencia entre equipos infantiles de Argentina y de la isla. La anécdota se la contó a este periodista un ex colaborador de la entidad deportiva, que además aseguró una cosa: en Cuba, donde yacen los restos del guerrillero heroico y se le da como en ningún otro país del mundo la importancia que merece, no sería posible que exista un equipo con su nombre. Las competencias locales se estructuran por provincias; no hay clubes como aquí. Tampoco, hasta donde comprobó Mónica Nielsen, la presidenta del Social, Atlético y Deportivo nacido en Jesús María, hay una institución deportiva que lleve el nombre del comandante Guevara en alguna otra parte del mundo, y ni siquiera en el suelo donde nació. La dirigente lo constató cuando inscribió a la asociación civil en la Inspección General de Justicia de Córdoba. Y acaso verificó con amargura que, salvo por dos escuelas que lo homenajean –una en Trelew y otra en Córdoba– y una plaza de Floresta cuyos vecinos la quieren bautizar con el nombre del Che para reemplazar al del tristemente célebre comisario Ramón Falcón, no hay rastros del revolucionario en otros sitios del país.