miércoles, 30 de mayo de 2007

¡Hasta la victoria siempre!


El único club del mundo que lleva el nombre del mítico líder revolucionario juega en la Liga Colón. De todos modos, el fútbol es sólo una parte de un proyecto más ambicioso que podría ser apadrinado por el cantante cubano Silvio Rodríguez.

La idea comenzó a gestarse a mediados del año pasado, en la sede de la Municipalidad de Jesús María. Claudio Ibarra (30), entrenador de fútbol y entonces beneficiario de un plan "Jefes y Jefas de Hogar", le confesó a su compañera del archivo, Mónica Nielsen (47), que ya no tenía incentivos para seguir dirigiendo en un club local. "Bueno, hagamos un club y te ayudo. Eso sí: yo le pongo el nombre", le contestó ella, "guevarista de muchos años". Algunos meses más tarde, el 14 de diciembre de 2006, Claudio, Mónica y otros siete pioneros (dos de ellos, también futbolistas: Diego Arzamendia y Rodrigo Quiroga) fundaron el Club Social, Atlético y Deportivo Ernesto Che Guevara, el primero en el mundo que lleva el nombre del mítico líder revolucionario (1928-1967).

"Somos unos poquitos locos, pero tenemos muchísimos proyectos, y muy ambiciosos", cuenta Mónica, la presidenta de la flamante institución. El mate, las imágenes de un recital de Silvio Rodríguez en la computadora, y la figura omnipresente del Che conforman la escenografía que acompañan la charla en su casa del barrio Italia, que también es la sede social del club.

"Hoy tenemos 27 futbolistas en primera y reserva, que juegan en la Liga Colón, y queremos participar el año que viene con las inferiores. La idea es competir, y ganar si es posible, pero nuestro proyecto tiene un fin social: rescatar a los chicos a través del deporte", agrega Nielsen. Sumado a la ronda de los materos, Luis "Gato" Enríquez, el líder de la murga "Los Nadie" -la que le hace el aguante al equipo los fines de semana- asiente con entusiasmo. Está claro que el Che es mucho más que 11 muchachos corriendo detrás de una pelota.

"Aquí hay clubes con mucha infraestructura, que se hicieron sobre los escombros de otros, pero que en definitiva responden al modelo capitalista. No hay espacios de encuentro y contención para un montón de chicos, y eso es lo que debemos generar. Queremos ser un abridor de cabezas. Hacer una revolución", dice Enríquez.

La murga es un brazo de "El Espejo", un grupo de artistas que hace una década intenta abrir espacios de educación popular y que tuvo su origen en el barrio Güemes ("del otro lado de la ruta", explica Enríquez para describir el carácter marginal y periférico del sector). A medida que se difunde, la movida del "Atlético Che" va sumando adeptos. Sin ir más lejos, el Movimiento Campesino de Córdoba ya se plegó.

"Por ahora, el Che es fútbol. Pero soñamos con un predio de dos hectáreas donde puedan desarrollarse todo tipo de deportes y otras expresiones artísticas, con sentido social. Y todo en forma gratuita; no para una elite", agrega la entusiasta presidenta.

Todo a pulmón. Para solventar la participación del equipo en la Liga Colón, la tesorería del club, a cargo de María Luna, hace malabares. "Aquí es todo a pulmón. Los chicos pagan una cuota de 10 pesos, y tenemos tres patrocinantes. Y con lo que sacamos del bufé, los días de los partidos pagamos el árbitro y la Policía. Y a las camisetas, las ‘tarjeteamos´ nosotros", cuenta Nielsen. Otros gastos, como traslados (ayer viajaron en Trafic a Monte Cristo), salen de algún bolsillo dispuesto, siempre anónimo, de la propia comisión.

Para los entrenamientos (lunes, martes y jueves, por la noche), el municipio de Jesús María le cede las instalaciones del Polideportivo; y los partidos de local son en Agraria de Colonia Caroya. "A cambio, hacemos tareas de mantenimiento. Ya les arreglamos un freezer y un alambrado; es una especie de canje", comenta la titular. El entusiasmo se nota en los dirigentes, y también en los pibes de la primera y la reserva, que los sábados se hacen la barra mutuamente al grito de "¡aguante el Che!".

Claudio, el DT del equipo mayor, dice estar "orgulloso" de sus dirigidos, que llegaron desde Alianza, Agraria o Bochas para sumarse al proyecto. "Es el mejor grupo que dirigí. Hay albañiles y estudiantes universitarios, y todos entrenan y juegan con entusiasmo", destaca. "¿Mi táctica? Estamos jugando con cuatro atrás, cuatro al medio, un enganche y un delantero... en eso vamos un poco en contra de la ideología. Es que somos nuevos", agrega el DT.

Dentro y fuera de la cancha se percibe una mística especial. "El nombre del club no es casual. Implica una forma de ser y de hacer las cosas. El Che era un rebelde, pero un rebelde con causa, y eso es lo que queremos transmitirles a los chicos", apunta Mónica. Ella, junto a sus amigos y un grupo de pibes, sigue soñando en grande: "Mi próximo objetivo es tratar de que Silvio Rodríguez apadrine y apoye al club".

Hugo Caric
Redacción La Voz del Interior
hcaric@lavozdelinterior.com.ar

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